ibiza...

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19 ene 2010

la familiiaahhh (con voz del gran Vito Corleone)

Qué mejor forma de inaugurar esta aventura escrita que hablando del gran pilar de mi vida, el grupo de personas que ha hecho posible que todo sea lo completo que es ahora.

Sin ellos todo sería más complicado, no sabría cocinar, ni ser una buena ama de casa, ni sabría hacer la compra en el mercadona sin perderme por los pasillos, no sabría interpretar una señal de tráfico desde pequeña, ni atarme los cordones de los zapatos desde la tierna infancia, no sabría qué valor tienen las cosas después de habérmelas ganado, ni tendría cuidado al cruzar la calle, no disfrutaría como una loca viendo las carreras de motos, ni habría aprendido a compartir un paquete de chuches con mis hermanas, no sabría el esfuerzo que cuesta ganar un sueldo, ni lo poco que realmente importa el dinero.

Pero quitando cosas vanales como las anteriores, que se pueden aprender la mayoría en cualquier momento del camino, cito las que realmente me han hecho rica en esencia como me considero. He aprendido desde muy pequeña a interpretar una sonrisa, dependía si era de medio lado, o a escondidas, o de orgullo, o de felicidad, cada una me transmitía una sensación distinta, y todas ellas me recorrían el estómago con un hormigueo indescriptible. He aprendido a defender a los míos con uñas y dientes, por encima de cualquiera, a que me duela lo que le hagan a cualquiera de ellos como si me lo estuvieran haciendo a mí, a sentirnos solos y unidos, tirando hacia adelante con el esfuerzo y la entrega de mis padres solamente, sin favores, sin falsedades. He aprendido a comunicarme con todos y cada uno de ellos, con palabras y con miradas, con gestos, con una simple actitud determinada en un momento justo.

Desde muy pequeña hemos compartido los almuerzos todos juntos, y las cenas, charlando, riendo, haciendo gracietas, recordando anécdotas de la niñez de mi madre, partiéndonos de risa con la vena payasa de mi padre. Aún hoy, a mis 32 años, nos seguimos reuniendo para los cumpleaños de cada uno alrededor de una tarta, en la cocina, cantando la manida canción, pidiendo un deseo antes de soplar la vela, igual que el día de reyes, ya no vivo en casa y el día 6 por la mañana estoy deseando llegar a casa de mis padres y ver la cara de ellos y de mis hermanas al abrir los regalos, comer juntos, cebarnos juntos mejor dicho, porque mi madre, aún comiendo como un pajarito, necesita que todos estemos cebados como pollos de granja... supongo que como todas las madres...

Cada uno de los problemas que han llegado a mi puerta, han sido parte de ellos también, de los cuatro, y he tenido y tengo la confianza de compartir con ellos todo, lo bueno y lo malo, si he tenido que llorar lo he hecho sin la más mínima vergüenza, si me he sentido fracasada ellos me han hecho entender que el fracaso no es una visión posible, que puedo conseguir absolutamente todo lo que quiera conseguir.

Podría seguir escribiendo maravillas de todos ellos, podría pasar años hablando del amor incontenible que siento hacia ellos, podría definirles a cada uno gesto por gesto, pero creo que el mensaje ha quedado claro. Si todo el mundo tuviera la gran suerte de tener una familia como la mía, todo sería mucho más fácil. Eso soy yo, una AFORTUNADA, tengo amor por todas partes, y si bien eso no paga el alquiler ni el coche todos los meses, me produce una sensación reconfortante de no sentirme sola nunca, ni en la peor de las situaciones. Gracias a los cuatro por ser como sois, gracias por hacerme feliz tooooodos los días, y gracias, cómo no, a mi chico, por haber dejado que todos ellos entren en su vida con tanta facilidad y arrasando como siempre lo hacen.

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